Ventres de aluguer
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Nos preguntaba ayer un hombre, después de tacharnos de homófobas, que cómo podrían acceder las parejas homosexuales a la paternidad biológica, si no es a través de la maternidad subrogada. Y la respuesta es bien sencilla, sin mujer, sin madre, no hay criaturas, porque nosotras gestamos y parimos y los hombres no; por lo tanto, si desean tanto la paternidad biológica podrían plantearse acceder a ella a través de la coparentalidad, donde la madre no desaparece y se cría en común respetando las necesidades de la criatura. Esto sí que es una nueva forma de familia.
Nos preguntaba ayer un hombre, después de tacharnos de homófobas, que cómo podrían acceder las parejas homosexuales a la paternidad biológica, si no es a través de la maternidad subrogada. Y la respuesta es bien sencilla, sin mujer, sin madre, no hay criaturas, porque nosotras gestamos y parimos y los hombres no; por lo tanto, si desean tanto la paternidad biológica podrían plantearse acceder a ella a través de la coparentalidad, donde la madre no desaparece y se cría en común respetando las necesidades de la criatura. Esto sí que es una nueva forma de familia.
Y desde luego, insistir, en que las parejas homosexuales pueden acceder
a la paternidad a través de la adopción, ayudando a reparar los
vínculos rotos de estos niñxs que sufrieron separaciones tempranas de su
madre.
Lo que no se puede hacer es utilizar una mujer como incubadora, arrancar a una criatura de su madre y hacer desaparecer a la madre de la biografía del bebé. Desde luego no somos homófabas, pero quienes aceptan y defienden estás prácticas son absolutamente misóginos y adultocentricos.
En la foto unos explotadores israelíes con sus bebé recién comprados rescatados de un terremoto en Nepal en 2015. A las madres, por supuesto, no las rescató nadie, ya habían terminado su contrato.
Lo que no se puede hacer es utilizar una mujer como incubadora, arrancar a una criatura de su madre y hacer desaparecer a la madre de la biografía del bebé. Desde luego no somos homófabas, pero quienes aceptan y defienden estás prácticas son absolutamente misóginos y adultocentricos.
En la foto unos explotadores israelíes con sus bebé recién comprados rescatados de un terremoto en Nepal en 2015. A las madres, por supuesto, no las rescató nadie, ya habían terminado su contrato.
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